Origen del volován
La historia del volován está ligada a la de Marie-Antoine Carême, un pastelero y cocinero francés que vivió entre 1783 y 1833 y logró grandes avances en la cocina mundial. Carême tuvo la idea de rellenar esta masa hojaldrada luego de hornearla. Cuando estaba en el horno, ésta creció hasta formar una pequeña torre ahuecada. Uno de sus cocineros ayudantes al verla se sorprendió en gran medida y le gritó a su jefe: «Antoine, elle vole au vent!», que significa sale volando. La masa era tan ligera que esa impresión le dio al ayudante de Carême. Al chef le causó tal gracia que decidió ponerle este nombre a su nueva creación.
Pero si Carême le dio fama al vol-au-vent que se puso de moda en el siglo xix, es de suponer que no hizo más que perfeccionar una receta ya existente. El gâteau Vol-au-vent aparece ya en 1750 en el Dictionnaire des alimens, vins et liqueurs (Diccionario de los alimentos, vinos y licores), de M.C.D., chef de cocina del príncipe de ***, publicado por Henri-Simon-Pierre en París. El nombre ya existía en ese recetario en el que abundan recetas a base de hojaldre relleno, y que retoma una receta popularizada por Vincent La Chapelle, el puits d'amour (pozo de amor), en la que se superponen cuatro anillas de hojaldre a fin de simular un pozo que se rellena de jalea o mermelada después de hornear.

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